Construida sobre una edificación musulmana anterior, con orientación hacia La Meca, la iglesia parroquial hubo de tener culto durante la época visigótica, de la que se conserva la pila bautismal, y en su reedificación participaron alarifes mudéjares. Ya con los señores de Feria, en el siglo XV, alcanzó dimensiones inusuales en la zona, quizá por ser cabeza de arciprestazgo.
De estilo gótico, de grandes columnas y bóvedas de crucería, con tres naves y tres fachadas, una torre inacabada y dos campanarios.